
¡Volví!
Locura total, qué se creyeron ¿Qué había abandonado cobardemente? ¿Qué me había retirado y convertido en una anacoreta huraña, inaccecible y legendaria? Jamás, todavía falta para mi retiro épico. Todavía no soy una retirada llena de gloria, me falta tomar la sopa de fideitos del talento plástico, y la sopa de caldito de constancia y fidelidad al oficio. Pero uno construye su leyenda (en este caso negra y fracasada, claro que sí) ladrillito por ladrillito, cañito termofusionado por cañito termofusionado, cloaca por cloaca y azulejo por azulejo... Hasta tener el baño soñado que llamamos Vida y Obra.
Vuelvo con un ladrillito que hice en Río Gallegos (oh, el frío de las tierras patagónicas y su viento fuerte como un anarquista rebelde...) lo hice en un anotador del II Congreso Nacional de Catalogadores (super cool). Y es en base a uno de los borrachos de Velázquez. Se llama: "Un borracho en el II Congreso Nacional de Catalogadores"
Pasado mañana traigo algo nuevo, por que me prometí ser más constante, eso significa que me voy a entusiasmar una semana y va a pasar un mes de nada absoluta.
Vivan los borrachos y viva el II Congreso Nacional de Catalogadores